3.5.10

[9] Vida en píxeles. Saturación y nostalgia


Saturación

Como sabemos, en estos últimos años se ha producido en el ámbito social un viraje hacia lo visual, pero hacia lo visual-digital, que ha interferido en todos los espacios de la vida cotidiana y, por lo mismo, en muchas de las producciones artísticas actuales, sean éstas de la naturaleza que sean. Tanto es así, que podemos hablar de una tendencia en ascenso que se manifiesta incluso en los lugares reservados a lo privado; haciendo de la imagen digital no sólo el soporte de la experiencia contemporánea, sino su medio y archivo indiscutible. Pensemos si no en cómo cada vez es más común asomarse a la vida a través de pantallas LCD o ipads, como comprobamos a diario.

De algún modo podemos decir que estamos ante una nueva forma de programación y registro del mundo de la que el píxel constituye un particular ADN.


Según Wikipedia,
hay que entender por píxel “la menor unidad homogénea en color que forma parte de una imagen digital, ya sea ésta una fotografía, un fotograma de vídeo o un gráfico”

Aunque también hay otras versiones que pueden considerarse, como ésta que tomo de los epígrafes que abren Carne de píxel (DVD, 2008) y que dice:


“Píxel [Picture Element]:
mínimo elemento de ima-
gen que contiene toda la in-
formación visual posible”


Un texto donde el píxel recibe un particular tratamiento más allá de lo estrictamente matemático (al fin y al cabo todo píxel es información numérica); o lo que es lo mismo, el píxel como medio de aproximación y difusión de la materia, de la carne, como si se tratara de una “opacidad transparente” o de un vacío pleno. Aunque esto sea tan sólo una propuesta de lectura.


No deja de ser desconcertante hablar de carnalidad en relación al píxel; más aún si nos referimos a la propia carnalidad (¿carnalidad!) de un píxel.
Paradoja o no. Copio un texto de Agustín Fernández Mallo de la obra citada arriba:



"hay algo en el píxel de carnal y abstracto, cua-
driculada superficie que contiene toda la infor-
mación visual posible, agota su sentido, y sin
embargo es una cifra, está vacío. Hay en el píxel
una metafísica. Origen, piel acristalada, protei-
co paisaje, el viajero que llegando a Región. Más
tarde cada cual fue concibiendo su sembrado de
rosas cúbicas, cubículo, cubicaje [como quieras
llamarlo]. Ganó tu sexo en nitidez. Fracasó en
particular la carne de las rectas para llegar a lo
único que son, y=ax+b; letras. El resto, arrebato
de lo que no existe: ficción: pura espectroscopia."



La nostalgia

Durante estos útlimos años, hemos podido observar cómo se ha mejorado (perfeccionado) la resolución de los dispositivos de última generación, llegando incluso a grados insospechados de precisión: zoom, funciones macro...etc.

“Un píxel alcanza los 8 bits (28 colores), 24 bits (224 colores) o 48 bits (240 colores), este último valor de precisión sólo se obtiene con escáners o cámaras de gama alta (que usen formato raw o tiff, no en jpg)”.

Hasta el punto de haber generado, por contrapartida, un movimiento nostálgico de regreso a las formas pre- de resolución de las imágenes digitales: aquellas que caracterizaban los juegos de arcade o los videojuegos de Super Mario, Don King Kong... y que hoy encontramos estampadas en camisetas de diseño y objetos decorativos, en general dirigidos a los actuales treintañeros (y en adelante), que fueron sus ávidos consumidores entonces. O no, pero que de igual modo aún se identifican con esa estética.

Una pulsión retro en la tecnología actual, en una vertiente estilística o, digamos, epidérmica, que no conlleva renunciar a las últimas innovaciones tecnológicas (herramientas, aplicaciones, soportes...), porque lo obsoleto tecnológico no regresa si no es como fetiche.

Lo vemos en esta libreta-disquete que es en sí misma una anécdota o una muestra de ingenio, pero ya. Y también en este video, pero de un modo más cerrado, concertando alta resolución y pixelados “low-fi”/arcade, bajo tintes nostálgicos solucionados por expertos, seguramente también freaks informáticos.


Aquí dejo el video




8 comentarios:

Raúl dijo...

¡Magnífico post, Jara!
Tan sólo añadir dos notas, una bibliográfica y otra matemática.

1 - Muchas obras japonesas de hace un par de décadas ya intuyeron este "vertido" de lo digital sobre lo real, o incluso la "conquista" hasta el punto de realizar propuestas tan inverosímiles en las cuales lo "digital" no sustituía pero sí conformaba en gran medida lo "real". Hablo de cosas anteriores a Matrix, claro y que se publicaban en formas menos tradicionales de arte, como el manga. Masakazu Katsura, con Video Girl Ai (una chica digital que sale de la pantalla para interferir en lo real) y alguna cosa de Shirow pincelaban, aunque no sin ingenuidad y atados a las exigencias de los lectores de las revistas shonen, estas propuestas que ahora empiezan a tener una mayor consideración.

2 - En la cita de los píxeles, en el apartado "la nostalgia", blogspot se te ha comido el símbolo de potencia: 8 bits (2 elevado a 8, no 28), 24 bits (2 elevado a 24)...

Un abrazo.

Jara Calles dijo...

Gracias Raúl! voy a buscar info. sobre esto que mencionas y ya lo comentaremos. Qué interesante! =)
Ni me había dado cuenta del fallo, pero como tampoco sé cómo solucionarlo... espero que valga tu comentario como enmienda! jaja

Un abrazo!

( ( ( O ) ) ) dijo...

¿cómo estás Jara?

Vicente Luis Mora dijo...

Jara, si no te lo has leído ya (que seguro que lo has hecho), te recomiendo vivamente "Las tres eras de la imagen", de José Luis Brea, en Akal. Muy buena entrada. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Jara,
la nostalgia por el pixel y lo retro ha dado lugar a un aluvión de cine comprimido (para la red y de tipo amateur) que por fin hace realidad la fisicidad del pixel, si es que esto es posible.
Te invito a ver este vídeo, un viaje por los 8 bits:

http://pingonoide.com/master/videos/lego.mov

y que te adentres por youtube y toda esta moda extraña, en la que lo digital se convierte en un juego tangible y artesanal:
http://www.youtube.com/watch?v=KhkR-vHXO28

El frikismo no tiene límites, tanto que sin quererlo han dado la vuelta a la propia identidad del pixel.

Un saludo

Jara Calles dijo...

Vicente, muchas gracias por el comentario y también por completar esta entrada con la referencia de Brea. No he podido contestar antes a los comentarios, pero me alegró que pasaras por aquí :)

lamuru, gracias por estos enlaces. Tienes toda la razón: "el frikismo no tiene límites", pero dependiendo de cómo se mire, lo freak es también normalidad.

Justo estos días estoy leyendo Eros de Eloy Fernández Porta, donde se detiene unas líneas en el concepto de nostalgia, lo retro y la aparición del "valor nostálgico" como nueva dimensión de los objetos (esto como "indicador sociológico de una época"). Retórica emocional.
Está en el capítulo II en las páginas 77-81

Abrazos!

Hautor dijo...

Muy interesante el tema, desde luego. Creo que el punctum (usando el término de Barthes) de la imagen digital es el 'pixelado', es decir, cuando, a pesar de las altísimas definiciones, ampliamos más y más las imágenes hasta obtener el 'grano grueso' tras el cual se adivina la ausencia que está detrás de toda imagen. De ahí que el pixelado grueso (low tech) se asocie a la nostalgia, a esa ausencia presentida y vivida en forma de pasado irrecuperable.

Jara Calles dijo...

Gracias por el comentario, Hautor
Siempre afinando ;)

un abrazo